Poesía sobre Don Francisco de Quevedo
(Laura S. A. / 6ºC)
Bajo la sombra de
un abeto,
Don Francisco de
Quevedo
Recordaba su
primer soneto.
Mucho tiempo
había pasado
desde que realizó
sus estudios,
en Valladolid
terminados.
Osuna fue su
protector,
Fiel y leal
compañero,
Nombrándole en
Nápoles su asesor.
Tal astucia
demostró
Que el hábito de
Santiago,
Con un donativo
consiguió.
Tras la caída de
Osuna,
marchó a las
Españas
en busca de honor
y fortuna.
Por escribir
versos sinceros
Acabó
enemistándose
Con nobles, clero
y caballeros.
Entre poemas y
poesías,
Con Don Luis de
Góngora ,
Guerras de letras
tenía.
Defendió a
Santiago como patrón,
Teniendo como
consecuencia
Luchas con la
Iglesia, ¡incluso prisión!
Con la viuda
Esperanza se casó
Y, tras muchas
infidelidades,
Al poco tiempo se
separó.
En san Marcos fue
encarcelado
por desacuerdo
con Olivares
Y, tras su
destitución, liberado.
Enfermo, cansado
e inseguro
marchó a la villa
de infantes,
donde vivió
tranquilo y seguro.
Y ahora, bajo
este abeto
rememora sus
recuerdos
mediante versos
en tercetos.
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