lunes, 21 de mayo de 2012



Poesía sobre Don Francisco de Quevedo
(Laura S. A. / 6ºC)

Bajo la sombra de un abeto,              
Don Francisco de Quevedo
Recordaba su primer soneto.

Mucho tiempo había pasado
desde que realizó sus estudios,
en Valladolid terminados.

Osuna fue su protector,
Fiel y leal compañero,
Nombrándole en Nápoles su asesor.

Tal astucia demostró
Que el hábito de Santiago,
Con un donativo consiguió.

Tras la caída de Osuna,
marchó a las Españas
en busca de honor y fortuna.

Por escribir versos sinceros
Acabó enemistándose
Con nobles, clero y caballeros.

Entre poemas y poesías,
Con Don Luis de Góngora ,
Guerras de letras tenía.

Defendió a Santiago como patrón,
Teniendo como consecuencia
Luchas con la Iglesia, ¡incluso prisión!

Con la viuda Esperanza se casó
Y, tras muchas infidelidades,
Al poco tiempo se separó.

En san Marcos fue encarcelado
por desacuerdo con Olivares
Y, tras su destitución, liberado.

Enfermo, cansado e inseguro
marchó a la villa de infantes,
donde vivió tranquilo y seguro.

Y ahora, bajo este abeto
rememora sus recuerdos
mediante versos en tercetos.

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